...en verdad este restaurant yo lo empecé con Norma. Yo cocinaba, ella atendía, era una cuestión de a dos. Me acuerdo que siempre discutíamos de por qué venía la gente. Ella decía que por la cocina y yo decía que por su atención. Es que Norma era una cosa... ella sí que era la especialidad de la casa, con esa sonrisa que tenía ¿para qué cartel luminoso?. Imaginate, entraba la gente y pum! se encontraba con esa... con esa pintura. Y ahí nomás se le aparecía la Norma verdadera: más alegre, más luminosa. Y claro, el cliente había pensado que habría entrado... qué se yo... al paraíso. Entonces ella le pedía que la siguieran, que los iba a llevar a la mejor mesa jajaja eso se lo decía a todo el mundo, que los llevaba a la mejor mesa. Y todos se lo creían, porque si ella te llevaba... era la mejor mesa. Te hacía sentir como si fueras el único.

Con Francesco nos reíamos porque cada vez que iba a la cocina todos (todos eh, todos... mujeres, niños, hombres... todos) se quedaban... como embobados mirándola. No sabían si seguían en la Tierra, si era un fantasma, si... tenían miedo que no volvieran. Y ahí... los volvía a sorprender. Anotando todo ahí, mirá, junto a la caja. Paradita como... por arte de magia.

Como un ángel. Mi ángel...

1 comentarios:

Natalia Maggi dijo...

Preciosa película. :)
Adoro a la gente que tiene ese 'no se qué'....