Hoy iba recorriendo las calles mojadas de una tenue lluvia con olor a recuerdo. Sonaba Silvio de fondo y mi corazón dio un vuelco inmediato a 2004. Te abrazaba, lloraba por dentro. Te abrazaba sabiendo que sería la última vez, que todo estaba roto. Te abrazaba aferrado al elixir del amor que, acaso, quedara en el aire de ese instante.


Era la Plaza de Mayo. Llovía. Silvio nos daba un concierto erizando el alma de todos los que ahí estábamos. Era Buenos Aires. Qué más se puede pedir para una despedida de dos, qué otro ambiente sería mejor para tanto sentimiento. Qué mejor momento que ése, aquel, para deshacerse en los brazos del otro y sentir que no va más. Que ahí quedó todo.


Llega la noche. Abro la compu, pongo YouTube, busco ese recital. Precisamente ése. Ahí está. Y entre toda la gente del público nos busco, sabiendo que no estamos, que ni siquiera estábamos ahí aún habiendo asistido. Pero te busco como busco saber que lo que sentí fue real, que por más dolor que trajera el ayer y tu recuerdo estoy vivo. Aunque una parte de mi haya muerto aquel día y en aquellos años.


Los párpados caen lentos. El recuerdo se diluye. El latir se acompasa.


Sólo espero que seas feliz, que alguna vez lo hayamos sido.


Y esta canción, entre todas. Entre vos.