Desconexión. De esa que conocimos tiempo atrás, de la que no tenía prisas ni nada que perder, porque solo le interesaba recrearse en el momento efímero de sentir. Parece que fue ayer que nos pasó, aquello de perder el tiempo sin hacer nada, de quedarse contemplando a la luna, de cerrar los ojos y escuchar ese aire que todo lo arrastra.

 

Hoy no tenemos tiempo. Estamos corriendo detrás de un reloj imparable sin saber por qué, ni tan siquiera si tenemos ganas de hacerlo. Cuando ayer era natural no tener destino. No sé si será cosa de hacerse mayor, de aplanar los sueños, de dejarse arrastrar por la corriente.


Anhelo encontrar a ese inocente ser humano que soñaba con ver una estrella fugaz, con robar una sonrisa, con despertar curiosidad. Lejos de los incansables aleteos lejanos de aquellos pájaros perdidos de tiempo atrás. Sé que está, porque me pide a gritos salir. Sé que más pronto que tarde coincidiremos otra vez.


No te rindas, Ale, porque no hay nada más lindo en este momento que saber que existo, que me pasan cosas, que solo debo dejar de adaptarme a todo y frenar. Parar a un costado del camino y observar. Contemplar desde el rincón oculto todas las cosas que están ahí para mí. Y salirlas a encontrar.

0 comentarios: