De repente un aire viciado se entremezcla con el Sol que descansa sobre la pared, y la sombra que se desprendía de mí se distorsiona. Es como cuando me miro en el espejo, hay alguien del otro lado que se parece a mí pero no lo es. No soy yo. Y sin embargo me sonrío y me devuelve la sonrisa, y aún entonces no me reconozco, porque hace tiempo que mi risa no es real. Solo un esbozo, un intento, una manera de buscar.

Yo no sé si porque crecí, porque los ideales ya no están, porque la realidad me dio vuelta la cara sin más preámbulos que salir a la calle. Quizás hubiera sido mejor no preguntar, no intentar, no desvelar el misterio. Tal vez hubiera sido mejor bajar la vista y enterrar al corazón.

Puede que no sea cierto, a quién le importa en tal caso.
Las sonrisas se desdibujan si no reflejan una parte de lo que sos.

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