Con el pasar de las experiencias me di cuenta de algunas cosas, que quizás tiempo atrás veía de otra manera. Y no es que uno cambie, sino que uno termina por entender. Por vivir lo que en otro momento veíamos desde lejos. Cuestión que tiempo atrás tenía una visión muy extraña de la forma de lastimar a otras que tenía la gente, sin fijarse en las consecuencias. Después me di cuenta que en realidad esas personas cometen errores, se equivocan, ¿pero por qué? porque lo intentan, porque viven, porque no se quedan con el quizás.

Siempre fui una persona que quiso hacer las cosas bien, ser un buen amigo, ser un buen amante, ser un buen alumno, ser un buen hijo, ser un buen ciudadano. Y en ese proceso miles de veces dejé de intentar cosas por miedo a hacerlas mal, por temor a que salga todo para el carajo. Y me quedé sin vivir cosas, me quedé con el quizás, con ese maldito quizás que te queda en la cabeza y es tu propio juez.

Después me terminé por dar cuenta que había dos posibilidades por elegir, dos maneras de enfrentar las cosas. ¿Prefiero que me digan la verdad asumiendo los posibles errores o una verdad disfrazada de razones para no arruinarlo?. La primera puede ser la más dolorosa, pero la que más nos deje algo por dentro. La otra será un quizás que quede retumbando en el aire, en un eco que nadie va a escuchar.

Pasé años pensando que las mujeres con las que estuve me lastimaron con crueldad, y algunas sí lo fueron, pero otras recién hoy veo que sencillamente lo intentaron. Siguieron lo que dictaba su sentimiento en su momento sin pensar en qué pasará el día que eso no sea real o cambie. O sí lo pensaron e igual asumieron el viaje. Y yo, totalmente desconociendo esta actitud, las odiaba cuando de golpe me decían que ya no me querían o tenía que dejarlas ir. Una actitud de nene que no quiere asumir la realidad, que pensaba en eternos, que creía que todo era para siempre. Y puede que lo sea, pero no es algo que podamos proyectar. Simplemente sucede y nos encontramos un día mirando atrás y viendo todo lo que pasó en el medio.

La cosa es que en estos últimos tiempos me di cuenta de eso, y ya no odio o no tengo la bronca o el despecho que sentía antes. Porque en estos últimos tiempos yo también me equivoqué, y lastimé personas en el camino, y lo que creí que era de una forma terminó siendo de otra. A veces pienso que soy un hipócrita, que para sentirme menos culpable busco culpa en el pasado, pero es justamente lo contrario, recién ahora entendí a las personas que me lastimaron. Es como decía al principio, uno se limita tanto a vivir cosas que le es ajeno todo lo que sucede alrededor de ellas.

Y la realidad es que en la vida tenemos sensaciones, pensamientos, sentimientos, reacciones... un millón de actitudes dentro nuestro que nos invitan a vivir y por no querer equivocarnos dejamos de lado. Y yo me harté de no equivocarme, me harté porque me di cuenta que esa era mi mayor equivocación, dejar de vivir. Dejar de intentarlo. Hoy tengo a cuestas cosas que hice mal, cosas que hice bien y otras que dejé de hacer. Y todo eso me muestra el ser humano que soy.

Esto no quita que siga existiendo gente que lo único que hace es lastimar a otras, que no se fijan en nada, que no tiene códigos, que te miente, que te usa. Me voy a seguir encontrando con personas así y tendré que aprender a reconocerlas o llorar después por haber sido tan estúpido de haberme dejado maltratar. Esto no quita nada, solo que entiendo de otra manera que si uno no se arriesga a saber qué pasa con las cosas, es imposible llegar a encontrar lo que uno busca.

Como dice Ismael, el amor se encuentra antes, si se busca...

4 comentarios:

Quijo - Meli Polo Fdez dijo...

Con el paso de los años, de las experiencias ves coaas que antes no veías, o al menos, no de la misma forma. Una de ellas es que "los malos no suelen ser tan malos" y es que desde el otro lado se ve distinto...,quizá la otra persona actúe con la intención de hacernos el menor daño posible,
(porque daño siempre hay), y nosotros sólo veamos la crueldad de sus actos y palabras, o quizá, otras veces, si que se hace daño a drede,...

Pero con el tiempo, aprendes que es mejor un "semáforo en rojo" que te detenga, que "mil semáforos en amnar" que no sepas que significan, porque la verdad duele, pero te enseña, y de esa forma, también ves más a la persona...

La cosa es (que me empiezo a enrollar),...que las cosas hay que intentarlas, hay que vivirlas y atreverse a dar el paso, porque, es cierto, puede que salga mal...pero también puede que salga BIEN, y entonces TODO habrá merecido la pena...

y ya se sabe Ale, Ismael es muy sabio, así que habrá que hacerle caso, no?

Un abrazo :)

Raquel dijo...

No sé cómo lo haces.. Sólo con palabras, transmites sentimientos.. Es como si ahora mismo estuvieses delante mio, con un par de cafés humeantes en la mesa y manteniendo una conversación sobre la vida.

Espero seguir leyéndote mucho tiempo más. :)

cleopatra dijo...

Creo que todos estamos embarcados entre las pulsiones de amor-odio.

¿Fracasamos? ¿Nos equivocamos?...puede ser, pero también se han equivocado con nosotros.

(Y yo que creí que siempre me amaron...)

Te beso

Anónimo dijo...

En el amor a veces no se trata del daño que te hacen o del daño que hacés porque de una u otra manera es inevitable que eso suceda en algún momento, no creo que hayan culpables en el amor, cuando es tu momento y esa persona es la indicada para acompañarte simplemente te sale bien, se dan las coincidencias exactas, y esa misma persona puede que un tiempo después ya no sea la indicada para acompañarte en tus nuevos desafíos, sabés porqué? porque el mundo es cíclico y dinámico, todo se mueve y cambia aún cuando sintamos que la otra persona es la misma, sufrimos constantes transmutaciones, vivimos muchas vidas en una,incluso pienso que es más natural que cada persona de la vida amorosa cumpla un ciclo, y lo más raro es que sea la misma persona que evolucione en la misma órbita que vos a lo largo de tu vida (que son muchas vidas) este críterio no corre para otro tipo de relaciones pero no me puedo extender más al respecto, me apasiona el tema, saludos, Caro.