¿Se acuerdan de cuando eran chicos? De esos días en los que nos divertía volver de la escuela por el solo hecho de sentarse horas a mirar dibujitos en la tele. Y lo más importante, no nos preocupábamos tanto por todo. Porque quizás hoy tenemos el mismo tiempo (o quizás no), pero aún con todo el tiempo del mundo estamos pensando en otras cosas, y podemos perder 2 horas de nuestra vida sin hacer nada de lo que queremos hacer en realidad.

Es decir, cuando éramos chicos hacíamos lo que teníamos ganas, aunque sea estar dos horas dibujando. Era lo que queríamos y no dudábamos en si deberíamos o no, en si había algo más "importante" para hacer. Está bien, uno crece y las responsabilidades con uno, pero nunca entendí porque eso nos lleva a dejar de hacer las cosas que realmente tendríamos ganas de hacer. No sé por qué a veces nos inunda la culpa por hacerlo.

Me gusta pensar que seríamos más felices si simplemente nos dejáramos llevar en esos momentos... sin pensar en nada más. Si tenemos cosas que hacer, perfecto, hagámoslas... pero si no es así, por qué vivimos pensando en ellas, vivimos pendientes de lo que podríamos hacer con nuestro tiempo libre en lugar de disfrutarlo como nos salga.

Supongo que es rechazo a crecer, que cada tanto se me cruza en la cabeza. Y aunque a veces creo que es algo natural y que uno tiene que aplacarlo, muchas veces creo que no. Me parece que sin llegar al límite de creernos niños, tendríamos que disfrutar de algunas cosas como cuando lo éramos. Dejar que salga el ridículo que llevamos dentro.

Dejarnos disfrutar de nosotros, de lo que tenemos ahí al ladito, y nunca "tenemos tiempo" de hacer. Porque "tenemos que"... tenemos que nada! Basta de tener que atender el teléfono si suena sí o sí, estoy escuchando música y no tengo ganas de atenderlo. Que la persona siga llamando hasta que se canse. Basta de volverte loco si tocan el timbre de tu casa y te estás bañando! Bañate tranquilo y que esa persona se vaya o no, no importa, pero seguí con lo tuyo.

Siempre terminamos dejando de lado cosas que estamos haciendo para atender otras, y nunca nos detenemos a preguntarnos por qué lo hacemos. Si tenemos ganas.

Veo gente que deja de hacer lo que está haciendo para darle importancia a cualquier otra cosa, realmente no las entiendo. Falta un poco de desfachatez en cada uno de nosotros, un poco de ese "que me importa, no tengo ganas", un poco de imponernos sobre los demás. Pero en serio.

Asi que seguirá sonando el teléfono, seguirá retumbando el timbre, seguirá el mundo esperándome mientras estoy tirado en mi cama. Seguirán los apuros de otras gentes. Yo me quedo acá, en mi espacio único y si no tengo ganas de atender el celular, no lo atiendo. Y si no tengo ganas de atender a quien está en la puerta porque estoy hablando con alguien por teléfono, que siga esperando. Y así con todo. Basta de dejar de hacer algo por estar ante los demás.

Estemos ante nosotros, dejemos de dejarnos de lado, empecemos a vivir. A aprovechar cada segundo, a sacarle el jugo lo más que podamos a ese instante. Y que el mundo espere ahí afuera, porque hoy no estamos. Porque hoy me toca a mí.

5 comentarios:

maria.antonieta dijo...

Muy real lo que decís. Es increíble que nosostros mismos pongamos en un segundo plano lo que queremos, lo que deseamos. Yo trabajo con nenes y cada día con ellos me enseña tantas cosas, me hace recordar el tiempo en que, como vos decís, uno hacia lo que quería, cuando quería y donde quería. Ellos no se preocupan por el que dirán, no tienen celulares que atender, timbres que suenan, ni responsabilidades mayores a terminar una tarea del cole. Simplemente disfrutan de cada momento, se ríen sin parar y lloran cuando tienen gánas sin tener vergüenza a los demás. Tendríamos que empezar a cambiar, de a poquito, es algo que va a costar pero lo bueno cuesta caro, dicen.
Un beso grande!
Ahh!! con respecto a lo de Ismael, ¿viste que hermoso show? Y lo de acordarte de mí me hizo sentir importante jajajaj..

Luna dijo...

Es terrible el hecho de no permitirnos a nosotros mismos hacer muchas cosas sólo por que ya "no estamos en edad de". Cuando somos sorprendidos sin hacer nada nos sentimos culpables y en infracción. Es como si fuéramos sólo máquinas productivas sin derecho al ocio o a ser naturales.
Besos

Jess dijo...

Hace un tiempo no muy lejano, me dije a mi misma todo esto que vos decis (claro q no con estas mismas palabras no...)y quice ponerlo en practica, la practica me duro creo, 2 dias, y ya no pude quedarme en la cama mientras sonaba el telefono, o quedarme en la ducha mientras escuchaba al perro rascar la puerta para entrar, me enoje mucho conmigo misma por eso, y cada dia vuelvo a intentarlo, a veces me conengo por mas de 3 hs pero la mayoria de los dias no puedo...
Cosas q tiene la modernidad, que le vamos a hacer.

Lulú dijo...

Bien dicho Ale, hay quienes les pasa mas, les pasa menos, pero casi todos dejamos nuestras cosas de lado para estar con los demás. Sería genial el poder lograr darnos un momento, porque al principio decís "buen, ya fue no atiendo" pero a mi me pasa que después salgo corriendo porque no llego a atender, "a ver si era algo importante"...

Besototes enooooormes :)

(andrea) dijo...

no voy a negar que tenés toda la razón del mundo, por eso trato de darme esos gustos en la vida, como quedarse tirado en la cama escuchando la radio que supuestamente te tiene que despertar, como pasarme un sábado en pijama viendo pelis, como salir a caminar y no volver más, como leer ese libro que no es de la facultad, en del libro de la facultad, como quedarme una hora más en el gimnasio para evitar volver a la rutina... pero tambien es cierto que es dificil, la rituna, la responsabilidad, las cosas que no se pueden dejar de hacer, muchas veces tiran más fuerte... y es trsite ver como nos acostumbramos a eso...