Habrá que volver a empezar. A limar las asperezas que deja este sabor amargo y ubicar esa parte perdida que creímos encontrar. Quién sabe, en una de esas yo también encuentre mi lugar. Ultimamente se me está dando por acertar finales, por conocer el paso a paso de las historias, el desenlance sin escribir que siempre termina igual. A veces quisiera ser más ignorante, tener menos claras las cosas, descubrirlas otra vez. Y aunque la sensación de dolor es nueva, no me es desconocida. Siempre estuvo ahí.

Serán épocas donde el blog se retroalimente, tan lleno de palabras cuando me siento mal por algo. Pero también podría verse como un punto y aparte, como el derrumbe de un sueño para dar lugar a otro. El problema está, como siempre, en querer alcanzar el sueño que esté por llegar. Para colmo es Domingo.

Y mañana hay que volver a respirar.

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