Siento que se acaba. Que las ganas de remontar tormentas se dispersan, que no me anoté en la lista de la felicidad para pasarla mal. Puedo aceptar los problemas, las diferencias, el no saber. Pero no la placentera rutina de entristecer los días por estar pacíficamente tranquilo. Eso no es lo que uno quiere cuando decide amar.

A veces se me da por recordar por qué un día dejé de arriesgarme, de mostrar mi lado herido, de cobijarlo en su soledad. Sigo sin sentirme parte de este todo, pensando que o soy extremadamente extraño para el mundo o que el resto enloqueció ante la idea de estar en paz con alguien. Porque no se entiende cómo es posible pasar los días con una angustia recurrente. A quién carajo hacerle mal.

Y sucede nuevamente. Que me es ajeno el mundo en el que todos viven con sus cuestionamientos, con sus idioteces a flor de piel, olvidando lo importante. La sonrisa con la que te reciben al abrir la puerta, el abrazo cuando no hay palabras para consolar, el silencio para que el otro hable. Pero parece que es más fácil centrarse en lo que no sale como uno quiere. En los caprichos internos de esa manía que creemos que encierra la felicidad.

Felicidad. Como si tuviera punto y aparte, como si pudiera enumerarse, darle forma, explicarse. Me convenzo una vez más que al que quiera desmenuzarla está muy lejos de encontrarla. Y me entristece que aunque te esfuerces por intentarlo, sea en vano. Como escribí alguna vez, pareciera que las cosas tuvieran que venir con un contrato, con cláusulas, con fecha de vencimiento en manos del cliente.

Y eso no es amor, aunque te lo parezca.
Eso es desgastarlo hasta el hartazgo.

3 comentarios:

hana dijo...

Hola, no acaba ni termina, estamos en ella, la felicidad está en nosostros si sabemos verla.

No te quito razón en cuanto a esta sociedad, las personas que interesadas son ¿verdad?

Siento a una persona hace años, pide y más pide, quiere cobrar, y ya ni tengo fuerzas para contestar. Ello no quita que mi parcela de felicidad siga conmigo aunque no la pueda compartir, siempre habrá un amor aunque no lo parezca, eso no me lo quita nadie.

Ànimo y un abrazo

.A dijo...

amor es decir tu nombre en susurros..

Sofía dijo...

Puf, qué más decir si ya lo dijiste todo?
Solo un abrazo.