Lo escribí hace mucho, y siempre necesito releerlo.

Algo revelador que descubrí en todos estos años, es que nunca termino de conocerme. Que mañana puedo descubrir que soy distinto a lo que creí, que quizás no es que uno cambia sino que uno se redescubre. Y me resulta encantadora la idea, al mismo tiempo que me da miedo. En este tiempo también comprendí que en un rato puedo resbalarme y romperme la cabeza contra el piso. Y desaparecer. Que nada es seguro, que le dedicamos demasiado tiempo a cosas irrelevantes. [...]

Descubrí que quien te quiere, te acepta. Con tus rayes, con tus defectos, con tu neurosis. Descubrí que queremos a menos gente de la que pensamos, y que necesitamos el consuelo de no saberlo. Y no se por qué, quizás queremos cubrir el hueco si esa persona que necesitamos no está. [...]

A veces creo que la vida puede ser terriblemente dolorosa si dejamos que los actos en ella nos afecten. Pero sé que en raras ocasiones se vuelve ocasionalmente maravillosa. Unica, y deslumbrante por donde se la mire. Pasamos demasiado tiempo mirando cómo están las cosas, y no cómo son. Quizás habría que romper el dibujo que hay sobre la pared. [...]

Me molesta la idea de tener cosas, de fijarse en qué tan limpio está el auto como si eso hablara de nosotros. No me importa qué tan bien visto, pero me fijo en eso e instintivamente recuerdo que no soy ese jean, no soy esa camisa. Y no quiero que esas cosas me definan. ¿Pero a quién le importa lo que hay detrás de la fachada? Tal vez todo sea la fachada, y lo demás algo con lo que cargar. [...]

A vos que estás leyendo esto, te pido que entiendas que no importa si son 29, 15 o 40 los años que viviste. Que lo que importa realmente, lo único que te va a llenar por dentro, es sentirte humano. Y pedir perdón, y llorar, y ayudar, y pedir que te amen, necesitar a las personas, no alejarte de tu esencia. Todo lo demás es secundario, te juro que no sirve. Ni tu auto ni tu casa grande ni las zapatillas que tenés tan lindas van a hacer que te sientas acompañado cuando el mundo te de la espalda. Que lo que opinen las personas de vos no te van a sacar una sonrisa cuando te hayas levantado con el pie izquierdo. Que un partido de fútbol no te va a hacer un té ni te lo va a llevar a la cama cuando te sientas mal. Que no sirve de nada estar acá sin amar a alguien. Y dejar que te amen. Tenemos todo para ser felices, pero nos olvidamos de la humanidad que tenemos dentro. Estamos rodeados de distracciones, que solo están para cubrir tus inseguridades, tus miedos, tus fracasos. Y esas distracciones no te hacen sentir mejor, solo te ocultan lo que te afecta. Te hace sentir mejor la persona que se queda con vos en silencio mirando cómo cae el Sol. Te hace sentir bien el perro enrollado en tus piernas. Te hace sentir vos el mostrarte vulnerable a quien le importás. [...]

No te rindas tan fácil, no me dejes dejar de creer.

7 comentarios:

Noa dijo...

Hay veces que necesitamos autorecordar lo que sentimos, lo que nos puede hacer bien. :)

Anónimo dijo...

Esta entrada es hermosa

Mica dijo...

La verdad escribís muy bien, coincido mucho con vos, y creo que siempre es bueno apreciar lo que uno tiene, respirar y valorar todas aquellas personas especiales que nos rodean.
Creo que la vida es difíciles por momentos para todos pero en eso esta la gracia de vivir de que no hay perfección, de que a veces podemos llorar también y estar mal, eso nos hace personas sin embargo esta en nosotros, tener la capacidad de levantarnos y seguir siempre adelante. MUY MOTIVADOR! MUCHA LUZ!

Emilia Gutiérrez dijo...

Hermoso. Gracias.

la marciana dijo...

Ale...
Tanto tiempo que no paso por acá y siempre la misma emoción cuando vengo.

"No te rindas fácil, no me dejes dejar de creer"
Todos necesitamos decirnos eso de vez en cuando.


Mientras tanto escucho "mientras tanto vos" y se me eriza la piel de tanto amor, Ale.
Me pone triste, el amor últimamente, pero veo lo que inspira, leo tu blog, escucho tus palabras y creo un poquito, creo un poquito de vuelta.

Besos gigantes!

Campanilla dijo...

Brindo por aquellos momentos en los que redescubrirte sea una alegría inesperada, y donde los momentos únicos sirven para sacarnos una sonrisa.
Preciosas palabras, llenas de emoción.
Me gusta mucho lo que escribes!

Unknown dijo...

Cuesta no rendirse..