En el año 2003 viene a visitarnos a casa mi tío y mi prima desde España, habiéndose ido en 1989. Revisando viejos placards de casa encontramos una bandeja de vinilos y muchos discos, con lo cual desempolvamos aquellos viejos trastos y enchufamos. Zas! todo funcionaba perfecto. Discos de Blues, Rock, Clásica, Tango, Folclore, Disco, y tantas otras cosas más.

Un amigo de la infancia de mi tío, a quien le gusta mucho la música, venía a ver a mi tío todos los días. Traía CDs, escuchábamos música (porque yo era un apasionado más), hablábamos de los artistas, de viejos recitales, de lo que vivían ellos en su juventud con la música. Y entre tantos CDs que traía este buen hombre, trajo uno de James Cotton.



Un negro de Estados Unidos que tocaba la armónica con una destreza tal que me quedé boquiabierto y escuché ese CD una y otra y otra vez. Me volví loco, quería tener una armónica entre mis manos ya. Revisando en casa encontramos una (creo que en toda casa hay alguna tirada) pero claro, era de las que usaban más que nada para tocar folclore y tango. Con lo cual nada de lo que quería hacer me salía (además de que era la primera vez que intentaba tocar una armónica).

En esos mismos días mi tío me regala una armónica blusera, más chica, más precisa y con un sonido especial. Me pasé tardes intentando imitar el sonido de aquel negro y acompañar sus canciones. Uno cree que lo logra, pero tan sólo estás haciendo ruido. Desde entonces fueron años de tocar y tocar sólo en casa, de poner un CD de Blues y tratar de acompañar la melodía, copiar yeites, improvisar. Años en que me regalaron armónicas, me compré otras, y así fui de a poco tomando el hábito y logrando sacar cosas en claro.



Hasta que un día dejé de tocar. Uno tiene ciertas pasiones que en ocasiones pasan a segundo plano, y así pasó con la armónica. Habrán sido 4 años que no volví a tocar ese instrumento hasta que en el 2008 me volvió a picar el bicho y retomé. Pero me sentía limitado, asi que tomé la decisión de empezar a tomar clases con un profesor. Así fue todo el 2008, y en el 2010 cambié a otro monstruo de la armónica argentina, Luis Robinson. Hasta que a los pocos meses decidió irse a vivir al Sur y desde entonces estoy acéfalo de profesor.



Al mismo tiempo que empecé las clases de armónica, empecé a ensayar con una banda. Lo que aprendía en clases lo aplicaba ahí y viceversa, tocar en la banda era aprender desde otro lugar. Finalmente en Diciembre del 2010 en una fiesta de una radio, tocamos un par de canciones con la banda. Me temblaron las piernas arriba de ese escenario, una adrenalina inexplicable me recorría el cuerpo y al mismo tiempo que tenía ganas de que termine el show, no tenía ganas de bajarme de ahí.



Vino el verano, las vacaciones y algunos músicos se fueron. Asi que el 2011 fue un volver a empezar. Nuevamente los ensayos y preparar la banda. Pasaron meses y ensayos tras ensayos hasta que finalmente nos afianzamos, y en menos de 15 días vamos a estar tocando en vivo junto a dos bandas más. La adrenalina ya empieza a recorrerme el cuerpo y la sensación de libertad de estar haciendo lo que me gusta me impregna de sonrisas.



Blues, ese género que me conecta a muchos sentimientos y me hace desenchufar del mundo. Una banda de Blues, haciendo lo que nos apasiona, nos divierte y nos renueva las energías. Blues!

4 comentarios:

Paus dijo...

Hermoso!me senti leyendo un cuento...A mi que me da curiosidad saber de donde nacen las pasiones,me encanto saber del nacimiento de la tuya.
Les deseo Exito,pero sobretodo que siempre tengas esa sensacion adrenalica tan maravillosa y personal.

Mariana dijo...

Qué lindo cuando la música es una pasión, y qué lindo cuando se mama desde pequeños.
Mucha merde! El escenario es un mundo aparte, disfrutalo. :)

Natalia Maggi dijo...

[Soy sincera, no leí el texto, pero me alegra escribirte "VOLVISTE!" y me encanta.]

Creo que por algo los caminos de la vida te cruzan gente adelante; y a veces te separan, y a veces te vuelven a cruzar (la vida me ha vuelto a encontrar)

Todo este tiempo pense en vos con mucho cariño, eso es algo que deberías saber siempre. Me alegra saber que hay chances de volver a leerte, escribís re lindo, lo sabes.

VOLVISTE! me encanta.

Unknown dijo...

DesdeChica tuve una especie de fetichismo con la armónica, seguramente resabios de mi vida anterior, ya que en esta lo único que puedo hacer con la música es baliarla contando los compases.
...Una vez que subís a un escenario no querés bajarte nunca más!!! ya que es una emoción única, irrepetible y maravillosamente emocionante!!!!
Éxitos y espero poder presenciar tu banda a la brevedad. CaroVianco.