Tuve la sensación de que sí, de que me dirías tu nombre si te lo preguntase. De que te bajarías conmigo a tomarte aquel café que no nos prometimos. Tuve la certeza de que te reirías con la simpleza que ni la Mona Lisa podría desplegar. Tuve tus ojos bajo mi mirada, y tu piel se deslizaba bajo esa ropa de color verde. Llevabas la verdad sobre tu pelo, y la belleza sobre tu alma.

No pude más que imaginarme con vos en unos años, recordando el día de hoy, el momento en que cruzamos nuestras miradas. Tus manos sostendrían las mías, y un beso callaría todo lo hablado. Te cobijaría por las noches y sería tu almohada cada vez que saliera una estrella. No encontraría ninguna mejor que vos.

Mi corazón latió más rápido que otras veces, mis ojos se desviaban una y otra vez sobre vos esperando algún gesto, algún desmán. Clavando esta vergüenza de no poder ir a hablarte. Giraste la cabeza. Me miraste. Y en ese instante el día gris se llenó de Sol, y en ese milagro mi cara se transformó en nerviosismo y al mismo tiempo que me encontraba con esa maravilla bajé la vista.

Quién sabe si podríamos haber conocido algo más del otro, quién sabe si sobre tu boca reposaba algún sueño no cumplido. Yo no lo supe, porque no me atreví a decirte hola, a pedirte que te bajaras de allí mismo y dejarte convencer de que mi beso moldearía tu falta de humor. Que te daría una razón para gritarle al mundo que estás viva, y que tenía nombre esa sensación.

Tal vez vos también quedaste pensando en esto mientras volvías a tu casa. Tal vez esperabas hacer lo mismo que no hice yo. Tal vez los dos esperamos que el otro nos transformara la ilusión en realidad. Tal vez vos no querías bajarte de ese colectivo, ni yo seguir hasta mi casa. Tal vez nos perdimos de sonrisas espontáneas, de miradas cómplices, del amor en Septiembre. Y yo con el recuerdo de tus labios, aquellos que nunca rocé.








Si volver de la facultad cada noche puede traerme este torrente de emociones, espero que tomes el mismo colectivo cada vez, y tener el valor necesario para al menos preguntarte cómo te llamás. Y aunque no logre rozar esa piel, y aunque no sienta tu respiración junto a mi oído, al menos ya sabré que esta sensacion de sonreír como un idiota tiene nombre. El tuyo.

12 comentarios:

Maria del Sur dijo...

Con esto terminamos de comprovar que Ale es una utopía andando(y si esto pasa cuando se permite dejar comentarios)
Igual confiezo que yo tambien siempre observo a un rubio que sube al 93 por la noche...y siempre pienso si vendrá de trabajar, de estudiar...se nota q es un chico ocupado, porque si no va acompañado(de un amigo, por suerte nunca amiga, porq viste que eso rompe un poco ese que se yo q uno se hace) se duerme.
Pocas veces lo vi escuchando musica y otras pocas leyendo, sino siempre se duerme...
y acepto que lo busco en la parada que el sube...

Luisa dijo...

Y eso que ni le dirigiste la palabra!...No me quiero imaginar si al menos la hubieses rozado...
Qué loco eres,Ale...no cambies.

Miriam dijo...

Definitivamente, y comenzando por tu entrada anterior, no sirve dejar de sentir. No te pierdas nada aunque duela, esa es la única forma de vivir plenamente y de encontrar algún día el sentir de a dos.
Como esto que te pasó en el colectivo. Sentir, imaginar, volar por arriba de la realidad que a veces nos abruma y creer que todo es posible. Porque te aseguro que si uno cree ralmente en lo que quiere en algun momento se da.
Gracias por tu comentario en mi blog que fué muy interesante. Me gusta escuchar las opiniones desde otra visión del arte.
Me encantaría ver alguna animación de las que haces, alguna vez pondrás alguna en el blog?
Besos amigo

La otra parte de mí dijo...

Primeramente, intentaré pensar como lograr lo que deseo con el transcurrir del tiempo(postergarlo), si esto no me satisface, trataré de distorcionar la realidad para sentirla más acorde con mis necesidades (fantasearla) y, en el caso que esto no sea suficiente, sólo me quedará "ver" cómo se satisface mi deseo, modificando la realidad exterior bajo el imperativo de mi realidad pulsional (alucinarla).
(S.Freud en "Más allá del principio del placer")

ccccc dijo...

Ya lei en muchos blogs este tipo de historias en los transportes publicos, ¿porrrrrqueee nooo seee aniiimaaaan aaa hablaaaaarleeesss? jaja. Igual un par de veces me cruce con el que pudo haber sido el amor de mi vida y nunca hablamos, pero estoy segurisima que nos vamos a volver a cruzar por la vida, ja!

Besitos

Luna dijo...

Nada como el encuentro de miradas. Nada como la esperanza de un próximo encuentro.

Castel dijo...

"Quien sabe si podriamos haber conocido algo mas del otro?"

frase para el recuerdo!!!!

muy bueno ale, saludos

Pame... dijo...

... yo... la próxima vez... le pregunto.. ;)

Sara dijo...

Yo tengo una historia parecida, pero no en el transporte público, sino en un bar que frecuento menos de lo que me gustaría...
Venía Javier Bergia a dar un pequeño concierto dos noches seguidas; yo acudí sola, y había alguien, un chico, las dos noches, del que siempre me he arrepentido por no acercarme, creo que a él le paso lo mismo. Después pensé volver a ese bar cada noche, cada vez que hubiera concierto, pero al final no lo hice. Supongo que sabía que jamás me atrevería a hablarle, que por más que quisiera, por más miradas que cruzasemos entre cerveza y cerveza, ese no sería el hombre de mis sueñoe.

Un abrazo,

Jess dijo...

Si me habra pasado...
Nada mejor que esas miradas furtivas en los colectivosque para levantarte el animo, para sonreir auqnue tu dia no lo amerite.
Claro que si ademas de mirarnos, pudieramos saludarnos, aunque sea al pasar, cuando nos estamos bajando del cole, te aseguro que nuestro dia cambiaria radicalmente.
Un beso Ale!

ChaPa ((( 22 ))) dijo...

EYE CONTACT, lo mejor!


Saludos Ale!


ChaPa ((( 22 )))

lukarda dijo...

"eye contact" totalmente.

estoy pensando seriamente en armar un blog con frases de Chapa.

seria un exito.

salute.