Ya es otro día más. Otro en que me robás la sonrisa para llevártela a todos lados, y yo me quedo mirándote embobado mientras vos te vas por ahí contagiando esa magia tan tuya. Me sigue resultando extraño este milagro de pensar en vos sin claudicar, pero más extraño aún me es que vos me notes, me mires, me pienses... sin siquiera saberlo. Sin darte cuenta.

Suelo perder el aliento casi todas las veces en que vuelvo a ilusionarme, es casi un modelo de mi vida armar una historia en mi cabeza y desinflarla con la misma fuerza con la que la armé. Pero esto se viene acumulando y yo sigo sonriente, sin caer en la cuenta de por qué. De por quién.

Y sos vos. Vos, que me dejás tus huellas por toda la habitación. Vos que te encontrás angustiada por algo que quizás yo pueda aliviarte. Vos, que te parás ahí, tan hermosa y sin mostrarte. Y no necesito que lo hagas, porque no siempre hace falta que a uno le confiesen la vida para notar el milagro. Y en vos lo noto a cada rato.

No tanto el milagro de saber que me hacés bien, sino más increíble aún, el dejarte hacerlo. Pero esto se vuelve un sueño un tanto bizarro, porque ninguno de los dos lo ha confesado. Y tal vez sea por la misma razón por la cual no te mostrás ni me muestro, porque no es necesario. No es necesario que yo te diga que si vos me pensás yo estaría ahí, no es necesario que te pida que me quieras, no es necesario ponerle adjetivos a lo incalificable.

Es como querer definir la forma de un sueño, el alcance de la luz, el cosquilleo repentino de pensar simplemente en esto. De sentir esto.

Vuelvo cada noche a recordarme que quizás esto sea tan solo otra ilusión, otro sueño que dejaré caer de la cama por estar tan asustado de haberlo encontrado. Me es imposible en esos momentos no ponerme triste, pero me está pasando algo tan extraño que no siento tristeza, ni siquiera me pongo a pensar en definir esta sensación. Porque lo único que me interesa en este momento es verte ahí, sin verte.

Ese testigo silencioso que recorre la historia de tu vida de a pedazos, de esos que desprendés casi olvidándolos. Pienso recogerlos uno a uno, para que no los olvides, para que no te pierdas de lo que sos. Porque aún con lo bueno, lo malo, lo bizarro y la ilusión... sigo pendiente de tu figura recortada sobre la luna.

Sigo colgado de ahí.
Sin poderme bajar.

6 comentarios:

Lali.V dijo...

Alee... Cada vez que te leo, se mezclan sensaciones en mi interior. Aparece la alegría de saber que alguien a traves de sus letras llega para contarme sus sueños más hermosos.

La esperanza de pensar que quizás haya algo más, por algún lado que aún no encontré, así de intenso.

La tristeza de sentirme incapas, de sentirme vacía, por algo normalmente definido como 'Amor' que aún no logro comprender, porque es imposible siendo incomprensible.
Siendo que creí sentirlo luego de muchos golpes y tropiezos, y cuando caí en la cuenta... salté de un precipicio y seguí cayendo, sin haber nada allá en el fondo que me sostuviera al llegar.

La fé... de saber que de todo esto uno aprende, y que por algo suceden las cosas.

Gracias amigo, como siempre es muy hermoso leerte. Te mando un abrazo grande de semana recién nuevita :)

Pame... dijo...

Ale... me pasa algo bien extraño cuando entro a este lugar... me encuentro con esas palabras que sin ser mías, son más mías que las mías propias!...
¿es posible entenderlo?
que bello es leerte... verdaderamente...
Partes que me encantaron:
"yo me quedo mirándote embobado mientras vos te vas por ahí contagiando esa magia tan tuya. Me sigue resultando extraño este milagro de pensar en vos sin claudicar"
"No es necesario que yo te diga que si vos me pensás yo estaría ahí, no es necesario que te pida que me quieras"

Pame... dijo...

abrazos un millon!!!!!!!
cuidate Ale!!!

Mrh dijo...

ajáaaaaa, vos me estás llamando repetitiva? jajajajaja

Luna dijo...

Quizás el amor sea más perfecto así, silencioso e inconfeso.

Ale dijo...

Más perfecto seguro, mejor... lo dudo. Pero es amor, y con eso es bastante. Inconfeso o confeso, lo importante es que exista.