Has perdido mucho tiempo escapándote... para darte cuenta de hacia qué debes correr.


A veces no sé para qué hago las cosas que hago, por qué estoy donde estoy. Qué se supone que tenga que hacer con mi vida. La necesidad de tener en claro qué es lo quiero se me hace imprescindible, y no tanto por el hecho de controlar parte de mi vida, sino más bien por tener la sensación de esa certeza.

Quizás hace mucho tiempo no sabía qué quería, pero sí me sentía completo conmigo mismo. Sabía que donde sea que estaba, quería estar, y si algo se interponía en mi camino yo iba a hacer lo que sintiera con tal de seguir en él. Era un factor que apreciaba de mí, a veces me sentía orgulloso de esa "tosudez" que muchos decían que me caracterizaba. Porque sentía que no me traicionaba, y que fuera lo que fuese a pasarme, era parte de mi vida. De lo que yo conseguí.

Hoy es completa esta desorientación, tal así que el más simple detalle que veo en alguien me pone sensible y tengo que aguantarme las ganas de llorar. Es ver una simple publicidad y que en algún punto mínimo me influye, habla de mi vida. Ni hablar con las películas, que me transportan a un estado muy mío que pocas veces logro experimentar. Y la música... se adentra más y más.

Y en medio de todas esas sensaciones que me van aconteciendo, no hay una que forme parte de lo que quiero. Son todas cosas perdidas que alguna vez tuve y hoy no encuentro, es reflejar sentimientos que ya no conozco. Porque no sé de qué lado estoy. Ni de cual quiero estar.

Lo único que tengo claro es que pasan los días, se me pasa el tiempo, y yo cada vez más desorientado. Más lleno de amargura, más incompleto. A veces, ahora, me gustaría estar en una hamaca paraguaya recostado mirando el mar. Y oír solo el ruido de sus olas, que no haya una sola persona alrededor. Si, cualquiera querría estar ahí, pero no se trata tanto del disfrute paradisíaco sino más bien de poder escucharme. De poner en claro quién soy, por qué despertarme cada mañana se me hace complicado, sin querer hacerlo. No quiero levantarme, y por eso me termino despertando a cualquier hora, mientras todos piensan que es pura vagancia y sueño.

Si supieran que solo estoy bajo las sábanas, pero pensando y pensando y no dejando de pensar. Y ya no se trata del amor, cosa que siempre creí que era lo único que me afectaba. Se trata de todo. De no regalarme momentos, de no disfrutar de las personas, de las pequeñas cosas que giran por ahí y que particularmente antes las apreciaba todo el tiempo. Hoy no tengo ganas de nada.

Sé que las personas que leen el blog deben estar hartas de siempre leer lo mismo, las mismas depresiones. Lo sé porque hasta yo me harto de escibirlas, pero tengo la necesidad. Es como encontrar un huequito acá y por este instante, solo por este segundo en donde escribo, liberar la angustia. Porque una vez que termino de escribir vuelvo a estar mal. No culpo a nadie si no lee, es más bien una pregunta envuelta en palabras que intento responderme y no puedo. Y supongo que seguiré teniendo el blog hasta que la resuelva. Pero esto viene pasando desde el 2005, si me estará llevando tiempo...

Lo confuso de sentirme así es que en estos momentos me acuerdo de mi pero feliz. Y no se trata tanto de la infancia, de querer seguir siendo un niño y no crecer. Porque cuando fui feliz fue en la adolescencia más que en la niñez, o al menos donde comencé a ver cosas de la vida en las que nunca había reparado. Y se me hace que fue hace poco y fue hace mucho. Entonces termino sintiendo algo extraño, una necesidad absoluta de volver a ser ése que fui. Y no pretendo ser una persona que no cambia, porque todos cambiamos y no somos los mismos (aunque sigo creyendo que hay cosas en donde somos los mismos de siempre), sino que quiero sentirme bien con las que me pasan.

Y no sé por qué no puedo. Por qué me lleno de angustia, por qué todo el tiempo quiero que nadie me hable, que nadie me mire, que nadie se acuerde que existo. Y no soy así, nunca fui así. Pero estoy siendo testigo de mi propia vida, cuando tengo que ser protagonista. Estoy viendo cómo se pierde, cómo se vuelve absurda. Y juro que no sé qué tengo que hacer, porque ni siquiera puedo pedir ayuda por lo que puse antes, no quiero a nadie cerca. Y yo solo evidentemente no soy capaz de ayudarme ni un ápice.

Y no sé. Esas son las dos palabras que me definen hoy en día: no sé. No sé por qué estoy como estoy, no sé por qué me abandono, no sé por qué perdí las cosas buenas que creí tener. No sé por qué me dejo estar, es como que se me hizo todo una bola de nieve que ya no puedo parar. Pero tampoco termina de aplastarme. Y entonces no defino nada, sigue todo inerte, quieto... vacío. Esa es otra palabra que me es conocida. Es vacío todo lo que se desprende de mi, y era algo que justamente me pasaba al revés. Aunque cometía miles de errores, aunque no tenía lo que quería, aunque muchas cosas me salieron mal... yo tenía algo muy mío que me motivaba a seguir. Era casi un canto a la vida, que jamás definí, simplemente lo sentía y lo llevaba a cabo.

Pero sigo hablando de cosas buenas porque sigo mirando hacia atrás, y ninguna forma parte del ahora. Ahora no estoy, ahora me alejé, excepto de mi cabeza que sigue funcionando 24 horas y de mi corazón que cada vez se me estruja más. Me perdí un día que no noté y jamás me volví a encontrar.

4 comentarios:

La otra parte de mí dijo...

querido Ale,estás en crisis y la crisis remueve todo lo que hay en nosotros y lo que no hay también,pero la estás transitando mal..no la estás usando como un puente a algo mejor,como un proceso de transformación positiva,te estás haciendo daño pensando en que el pasado fue mejor y eso es lo peor que podés hacer,mi amigo,estás como en un nicho que no te deja salir a flote.Leerte es un libro abierto para cualquier persona cuya profesión sea sanar las almas..consultaste con algún profesional?te haría excelente y podrás acortar los tiempos de angustia.te mando un beso enorme y todo mi apoyo para cuando lo necesites.

Luna dijo...

Sos importante para muchas personas, no lo dudo. Después de que murió mi amiga, al abrir mi correo, sabía que iba a encontrar palabras tuyas apoyándome. Contaba con vos y no me fallaste. ese es tu valor. En eso tenés que pensar. Besos y gracias por estar.

Lulú dijo...

Supongo que es en estos momentos en los que necsitamos que nos vengan a abrazar sin tener que pedírselo a nadie...
La verdad que no sabría que decirte Ale..., creo que lo mas sensato sería ofrecerte lo que necesites cuando lo necesites :)

Muchos abrazos :)

cursi enamorada del amor dijo...

Ale, cuando uno está mal se vuelve extremista. Todos tenemos desequilibrios en la vida, y tenemos que aprender a resolverlos. Hay cosas que las tenés que resolver solo, pero siempre viene bien sentir el apoyo de la gente que querés.
Yo, siempre que estoy mal, corro a mis amigas y ellas me esperan con los brazos abiertos, y ahí es donde siento que puedo superar cualquier obstáculo con nuestras fuerzas conectadas.
En estos tiempo también me encuentro en una jungla vital, pero poco a poco espero comprometerme y ser lo que quiero ser.
PAZ